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Psicoterapia asistida con enteógenos: Psilocibina y MDMA, un nuevo paradigma emergente en la Salud Mental


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En la actualidad Espiritualidad, Ceremonias, Chamanismo y Plantas Sagradas (enteógenas) han abierto una gran puerta a la exploración del ser humano, desde sus patrones mentales, conductuales y espirituales. Hoy en día parece ser un tema sumamente relevante de abordar, ya que el marco terapéutico de una ceremonia o un acompañamiento con planteas enteógenas, versus la psicoterapia asistida con ellos, abre una amplia gama de posibilidades y diferencias en el desarrollo del proceso, y por ende en su beneficio. Para comprender mayormente la diferencia de estos contextos, te invito a leer el artículo Psicología, Psicología Clínica y Psicoterapia, contextos y diferencias del profesional, también publicado en este sitio web.


La Psicoterapia con enteógenos comenzó con el LSD en la década del '60, y el MDMA se unió en los '70. Ambas penalizadas a lo largo del tiempo y el mundo; hasta hoy en la actualidad, dónde podemos reconocer un aumento considerable en su uso y distribución. Sin embargo, otras sustancias psicodélicas y también consideradas medicinales (Plantas Maestras) como: Ayahuasca, Washuma, Peyote, Bufo Alvarius, Hongos mágicos, entre otras, existen desde hace muchísimos siglos y han sido utilizada por diferentes pueblos originarios, para ayudar al ser humano en su proceso de sanación y contacto espiritual.


Tras años de trabajo en el área de drogodependencias y el estudio con enteógenos, he podido reconocer tanto personal como profesionalmente, el contexto terapéutico que estas sustancias poseen en nuestra salud mental; ya que le permiten al cerebro conectar con otras dimensiones de nuestro ser físico y material; nuestro mundo espiritual. Eso que aún como ciencia no sabemos qué es ni en qué consiste, sin embargo sabemos que existe y es una parte importante de nuestra realidad. En las últimas décadas, la psicoterapia asistida con enteógenos ha resurgido como uno de los campos más prometedores dentro de la salud mental. Tanto es así, que existen múltiples investigaciones neurocientíficas y psicológicas que hablan de los beneficios de estas.


Sustancias como la PSILOCIBINA presente en los denominados Hongos Mágicos del género Psilocybe y el MDMA 3,4-metilendioximetanfetamina, más conocido como Extasis en su carácter más puro; han pasado del estigma a la evidencia científica, mostrando resultados clínicos relevantes en el tratamiento de Depresión resistente a la farmacoterapia, Estrés postraumático (TEPT) y Trauma Severo. Más allá de su potencial terapéutico, estos compuestos abren también una puerta hacia la comprensión profunda del ser, integrando las dimensiones Psicológicas, Neurológicas y Espirituales.


Aunque las investigaciones clínicas se centran en los resultados medibles, muchas personas reportan experiencias de unidad, trascendencia o contacto con una dimensión sagrada de la existencia, lo que llamamos espiritualidad. Desde la psicología transpersonal y las tradiciones contemplativas, estos estados se interpretan como la disolución del ego y la expansión de la conciencia, donde se revela una sensación profunda de interconexión con la vida y es posible reconocer estados emocionales de bienestar y disfrute, que nunca se han experimentado con anterioridad.


Lejos de ser fenómenos místicos aislados, estas experiencias la mayoría de las veces, logran tener efectos terapéuticos duraderos y de mayor rapidez que la psicoterapia convencional. Esto, debido a la reconfiguración del sentido de identidad y propósito, ya que se abre una nueva manera de ver el mundo y el sí mismo, tanto física como mental y espiritualmente. Lo que lleva a una resignificación total de la experiencia.


La conjunción entre neurociencia, psicología y espiritualidad nos conduce hacia un nuevo paradigma en salud mental, medicinas y tratamiento. La psilocibina y el MDMA no son simples fármacos, sino catalizadores de apertura interior, facilitadores de una neuroplasticidad emocional que permite reconfigurar los circuitos de dolor, miedo, defensa y desconexión; lo que hoy conocemos como Trauma.


Por otra parte, la Psilocibina, a diferencia del LSD o MDMA, es la sustancia que se encuentra en diferentes tipos de Hongos Psilocibes. Hoy en día, es posible consumir estas sustancias, de manera recreacional, ceremonial y/o psicoterapéutico. Al ser consumidos dentro de un contexto profesional y psicoterapéutico existe un resguardo y respaldo legal que en otros contextos no siempre existe.


Los síntomas que se pueden experimentar pueden abarcar los diferentes sentidos corporales y también, la apertura de recuerdos que se encontraban ocultos en el inconsciente. Lo interesante del uso de estas sustancias, tanto naturales como sintéticas es que no se han encontrado evidencias científicas de efectos secundarios nocivos para el organismo. No obstante, cuando el MDMA y/o el LSD son consumidos de manera recreativa, suele suceder lo que se llama Bajón o Decaimiento cuando el efecto de la sustancia termina; ya que el cerebro vuelve a su estado natural de funcionamiento, y eso muchas veces es percibido con más desaliento y/o depresión. Por otra parte, cuando es utilizada bajo espacios psicoterapéuticos, ha sido posible evidenciar que este "Bajón" no sucede, ya que la experiencia no es sólo producida por el efecto de la sustancia, sino también por la guía y el sostén de quien acompaña la sesión.


Nuestro sistema nervioso es capaz de mantenernos en estado de alerta permanente, efecto del Trauma Severo, como también de mantenernos en estados de calma, tranquilidad, confianza y Amor. Gracias a estas sustancias, le enseñamos a nuestro cerebro y por ende a nuestra mente, que es posible, real y absolutamente seguro bajar la guardia y experimentar calma; por tanto, el alivio y la sensación de cambio para quien consulta, comienza desde la primera sesión.


La neurociencia como puerta de entrada:


A nivel neuronal, es decir, desde nuestro Sistema Nervioso Central, la Psilocibina actúa como un Agonista Parcial de los Receptores 5-HT2A de Serotonina, generando un aumento de la conectividad entre regiones cerebrales que normalmente operan de forma independiente. Lo que quiere decir, que nuestro cerebro es capaz de experimentar mayor sensación de bienestar, gracias a la absorción de más Serotonina, Hormona y Neurotransmisor asociado al sueño, estado de ánimo y digestión.


Estudios con neuroimagen, especialmente los desarrollados por el Imperial College de Londres, han demostrado que durante una experiencia con psilocibina se reduce la actividad del “default mode network” (DMN) Red Neuronal por Defecto (sistema neural asociado al sentido del yo y la rumiación mental). De esta manera, el consumo de psilocibina en microdosis y bajo el acompañamiento psicoterapéutico, entrega una sensación de mayor bienestar y felicidad, junto una mayor apertura, flexibilidad cognitiva y, reorganización en los patrones mentales rígidos que perpetúan la Depresión y/o la sensación de infelicidad.


Por otro lado, el MDMA (3,4-metilendioximetanfetamina) o también conocido como Éxtasis, a diferencia de la Psilocibina, es una sustancia creada en laboratorio tras la combinación y extracción de diferentes químicos. Esta sustancia al igual que la Psilocibina actúa en nuestros canales de serotonina, y a demás en los de dopamina y, principalmente en los de oxitocina y prolactina de nuestro cerebro. Esto quiere decir que a demás de sentir bienestar y calma gracias a la serotonina, el cerebro le permite al organismo experimentar placer (dopamina), Amor e intimidad (oxitocina y Prolactina),


Lo interesante de esta sustancia, a diferencia de la Psilocibina y otros enteógenos, es que gracias a sus efectos en nuestro sistema nervioso central, la actividad de la amígdala hipotalámica, sistema Nervioso primitivo dónde radica el miedo y nuestras emociones, se ve notablemente reducida. Lo que permite experimentar y recordar sucesos profundamente traumáticos y dolorosos, sin revivir la tonalidad emocional de Miedo, tristeza o rabia. Siendo así, la mejor alternativa para reparar patrones de Trauma severo y resignificación de ellos.


La importancia del contexto clínico y psicoterapeutico:


Al consumir estas sustancias dentro de un espacio psicoterapéutico; es decir, contenido, guiado y sostenido por un profesional del área de la Salud Mental, existe un respaldo legal que resguarda la integridad tanto física como psicológica de ambas partes. Ya que la profesionalización en ésta área, entrega los conocimientos y herramientas necesarias para acompañar este proceso de manera segura y responsable de quien consulta.


Por otra parte al existir la guía de un profesional le facilitará a la mente entregarse a la vivencia y que el cuerpo pueda experimentar estados sensoriales y perceptivos que quizás la persona nunca ha experimentado anteriormente, generando de esa manera un profundo e importante reseteo a nivel mental y corporal.


Como se mencionó anteriormente, gracias al uso de estas sustancias es posible acceder a aspectos de nuestra psique que han sido guardados en lo más profundo de ella para preservar la estabilidad mental que nuestro vivir en el mundo requiere. Esto no necesariamente significa que esa estabilidad sea compatible con nuestro estado de felicidad, motivación, interés e impulso de vida. La terapia con estas sustancias ayuda muchísimo a encontrar ese canal, ya que el dolor y/o conflicto interno, no es algo que sucede solo a nivel psíquico o mental, es algo que sucede también a nivel físico y espiritual.


El estudio de Trauma hoy en día, nos ha permitido reconocer las consecuencias físicas que tiene sobre nuestro organismo, no sólo afectando la salud mental sino también la salud física, por los altos niveles de Cortisol que llevan a nuestro sistema Nervioso Central a permanecer en un estado de Alerta Constante y a nuestra mente a rigidizar sus Mecanismos de Defensa. Lo que finalmente perpetúa la dificultad para relacionarse con el mundo y adaptarse a las dificultades de la vida. Es por esto que el uso de estas sustancias al trabajar a un nivel neurológico, entrega herramientas y contenidos tan importantes para el desarrollo del proceso psicoterapéutico y el alivio de quien consulta.


La cantidad de sesiones y sus dosificaciones tendrán directa relación con el historial, diagnóstico y objetivos terapéuticos. Para quienes poseen algún diagnóstico psiquiátrico, requerirán un proceso terapéutico más largo que quienes no lo poseen. En caso de existir rasgos y/o diagnóstico psicóticos, el uso de estas sustancias requerirá una evaluación y preparación previa. Por otra parte, desde mi experiencia, siempre recomiendo realizar un proceso terapéutico que incluya al menos 3 sesiones con alguna de estas sustancias, recomendando mayormente el uso de MDMA, por los efectos anteriormente mencionados. Sin embargo, hay quienes prefieren el uso de Hongos Psilocibe, al ser naturales.


Finalmente, gracias al estudio y uso de estas sustancias dentro de mi práctica profesional, he podido observar claramente la diferencia de cada una y, cuán profunda puede ser la transformación de quien se encuentra explorando un nuevo estado de consciencia. Es resetear nuestro sistema nervioso y entregarle la oportunidad de experimentar Paz, Tranquilidad, Amor, Confianza, Entrega, Felicidad, Energía, Poder y la Energía vital que durante mucho tiempo ha estado desconectada de la experiencia.


Es posible observar que cuando no hay un espacio terapéutico a la base, la experiencia suele ser lo que denominamos experiencias psicodélicas, que de igual manera pueden ser sumamente reveladoras y transformadoras para el ser; sin embargo puede ser más difícil profundizar en ello, liberar lo que se encuentre estancado e integrar lo vivido. Y/o en otros casos, pueden desencadenar cuadros psicóticos severos que generan mayor deterioro de la salud mental y/o donde la vida de quien lo consuma se vea en peligro.


Una vez realizada la sesión con la sustancia, lo más importante es la posterior integración de la sesión, ya que aqui es posible integrar la experiencia bajo los efectos de la sustancia, con la configuración mental que existía anteriormente; y así mismo internalizar lo que se vivenció con mayor claridad y fuerza interior.


Este tipo de psicoterapia, nos recuerda que la salud mental no se limita a la ausencia de síntomas, sino a la capacidad de vivir con presencia, compasión y coherencia interna. Este campo emergente nos invita a unir ciencia y espíritu, razón y misterio, en un diálogo profundo por la Liberación del ser y su total Soberanía, tanto física, mental como Espiritual.


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